sábado, 27 de febrero de 2016

Veinte años No es nada...

Un grupo de personas de la llamada tercera edad del capitalino municipio Habana Vieja, comparten sus dotes artísticas con turistas y asiduos a esa zona de la capital de Cuba.
Qué coincidencia que aprovechen el espacio que ofrece elegante y sobrio a la vez, el Parque Central habanero con su estatua del héroe nacional antillano José Martí, sus amplios bancos para el descanso y como recuadro el edificio, hoy en remodelación del Capitolio.
Ese emblemático y distinguido inmueble marca el punto cero del archipiélago y a la vez, se convierte como en este día de febrero, miércoles, y nada atravesado por demás en escenario para que los abuelitos y abuelitas demuestren sus dotes en el canto, el baile y la alegría de vivir.
El grupo ha tomado el nombre, muy singular de Eterna Juventud y por eso a mi que me siento siempre Joven y Bella.. me conminaron a compartir mis desenfrenos con la cintura y las piernas y hasta a entonar en casi muy buen inglés la canción Por eso somos amigos..”That´s what friend are for”.
Y como colofón.. porqué No de todo ese jolgorio bailamos y nos divertimos, habaneros, cubanos, europeos, puertorriqueños , otros norteños y hasta un australiano.. que se sumó a la clase de baile que ofrecían los ancianitos.
Eternamente joven ha de ser.. quien comparta su amor con los demás y además cultive la rosa roja de la Libertad.
Esa independencia y soberanía que Cuba no ha decidido nunca negociar y que ahora se enarbola más que nunca entre la sonrisa, la mirada y admiración porque No de los foráneos a la cultura y la idiosincrasia de un pueblo que se ríe de todo hasta de sus necesidades.
Lo único que urge en este mundo es tener paz para vivir.
Como dice el tango de Carlos Gardel, el argentino morocho.. Veinte años No es nada.. pero al menos mi pareja en esta alegría frente al parque Central de Cuba fue un nativo de Puerto Rico, que con su hidalguía me enlazó por la cintura como queriendo decir que Mi archipiélago y su terruño siguen siendo de un pájaro las dos alas.
Ah y no es un olvido involuntario para nada la foto nos la aportó Miguel Lamiel artista de España, radicado ahora en Toronto, Canadá.


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