La mujer ciega en la capital,
como en el resto del país, batalla por ganar el espacio que merece en la
sociedad y hacia el interior de la familia, de cómo lo logra y los retos que
tiene ante sí, compartieron una veintena de representantes de ese sector
durante el activo provincial de la coordinación
de equidad de género.
La ANCI en la principal ciudad
cubana promueve asimismo otra coordinación vinculada con niños, adolescentes y
jóvenes y una tercera dedicada al adulto mayor.
El ameno intercambio tuvo por
sede el centro cultural fresa y chocolate, y en el intervinieron representantes
de la Asociación Nacional del Ciego, ANCI, de casi todos los municipios de la
principal urbe cubana.
Resulta siempre impresionante
poder constatar como la falta de uno de los sentidos no limita a esas habaneras
resueltas a hacer valer sus derechos y conquistar una plena inserción en la
sociedad.
En el activo se escucharon
disertaciones de promotores de salud, psicólogas y otros profesionales quienes
apoyaron el debate con elementos que
realzan el día día de esa mujeres, quienes desde el hogar o las diferentes
esferas de la vida social habanera dan su aporte nada modesto al desarrollo de
la capital.
La ANCI provincial reconoció la
labor encomiable de cientos de personas ciegas y de baja visión incorporadas a
casi todas las esferas de la sociedad.
En la provincia son 1877 las
féminas que participan del quehacer capitalino en talleres especializados,
centros laborales o incorporadas a las nuevas formas de trabajo no estatal.
De todas las acciones que le
involucran y contribuyen a su sano esparcimiento se abundó igualmente en ese
activo de la coordinación provincial de equidad de género.
Recreación sana hace
más llevadera la vida de mujeres ciegas en la ciudad
Perder la visión por disímiles causas o haber sido privado
desde el nacimiento la capacidad de mirar a través de los ojos, no es el fin
del mundo para muchas mujeres y hombres en Cuba.
Para que sus vidas sean más plenas se desarrollan disímiles
programas de salud e inclusión social y productiva.
Hoy viven y desarrollan habilidades en la capital 1877
mujeres invidentes y débiles visuales, integradas a la Asociación Nacional del Ciego,
ANCI, y nada, ni siquiera las mayores dificultades, parece doblegarlas.
De ellas 199 están vinculadas a la producción o alguna
fuente de ingresos para ellas y sus familias. Muchas constituyen familias
monoparentales.
Según informaciones aportadas a Radio Ciudad de la Habana
por directivas de la Coordinación Provincial de Equidad de género, 31 mujeres
ciegas o débiles visuales se integran a la vida laboral en talleres
especializados, el sector no estatal de producción y otros centros de la
capital.
En la esfera educacional en todos sus niveles de enseñanza
se insertan 48 integrantes de la ANCI en
la principal urbe cubana.
Las habaneras privadas de la visión pueden acceder también
a la recreación sana a través de la cultura y el deporte.
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