Numerosas voces se alzan incluso desde
dentro de los Estados Unidos contra la política genocida del bloqueo que
durante los últimos 50 años ese país de norte ha aplicado contra el pueblo y
gobierno cubanos.
Tal es el caso de la joven
afroamericana Lori Robinson, quien considera esa práctica obsoleta y condenada
al fracaso, pues cree que es el embargo es malo por todo el daño que causa a
los habitantes de la mayor de las Antillas, especialmente a los niños.
Ese es un crimen contra la humanidad, expresó la estadounidense, quien ha visitado Cuba en 4 ocasiones las dos primeras como reportera de una publicación nombrado Emerge, que ya Hoy no circula y el resto como participante del encuentro internacional Trenzando Identidades, organizado por el club del espendrú, en el mes de noviembre de 2017 y 2018.
Lori y su colega Sherri Lamplin ,
trajeron en esta ocasión a Cuba materiales y el conocimiento para enseñar a
elaborar muñecas negras de tela a un grupo de menores de 9 a 11 años de edad de
la Escuela Primaria Ángela Landa, de La Habana Vieja.
Las bellas negritas con cabellos
de hilos o material sintético y coloridos vestuarios, fueron elaboradas por los
una veintena de pequeños con lo aportado por las dos estadounidenses, que
rechazan el cerco contra la Mayor de las Antillas.
Al participar de la experiencia
los niños y niñas como Francisco Estrada, de 9 años y Chadey Fernández de 10, reconocieron
lo valioso de la experiencia, que constituyó además una oportunidad para
desarrollar habilidades en la costura y otras manualidades.
Todos ellos participaron durante
2 jornadas, el 8 y 9 de noviembre actual, en la Casa de África de Obrapía y
Mercaderes en la Habana Vieja, del encuentro
internacional “Trenzando Identidades”, que hermanado con otro de igual nombre
celebrado en Cali Colombia, contribuyó a ensalzar los valores y el arraigo de
la cultura negra en Cuba y la nación latinoamericana.
El cuidado y la presentación de
los más diversos estilos para llevar los cabellos afro, la evolución de la
peluquería de ese tipo de pelos, la imagen y el look de los Raftafaris, la apariencia
personal de los negros y negras cubanas, entre otros muchos temas fueron
abordados en conferencias y cursos talleres.
El evento reafirmó la belleza de un grupo de cubanos y cubanas
que son objetos, de formas encubiertas de discriminación validadas por la
supremacía eurocéntrica, que como se mostró en las disertaciones y otros
intercambios se forma y construye desde la infancia.
La máster en Didáctica del
Español y la Literatura, Yaima Ramos, comentó a los asistentes como las
pequeñas afrodescendientes en Cuba son maltratadas desde las edades tempranas
cuando por ejemplo se les exige un peinado “adecuado” para asistir a
instituciones docentes y círculos infantiles estatales o NO, que implican en muchos
casos agresiones contra sus cabelleras con productos químicos o alisados
extremos, que pueden llegar a afectar su salud.
Para muchos el pelo afro es
“malo” y lo “agreden” buscando parecerse a la imagen eurocéntrica con la que se
convive desde los juegos infantiles con muñecas blancas, rubias o trigueñas, hasta
la vida adulta cuando se implantan y cosen con daños colaterales, cabellos
sintéticos o naturales para tener un laceado artificial.
En otro taller sobre muñecas de
papier maché la instructora Maritza Rojas, integrante de la Asociación Cubana
de Artesanos Artistas, ACAA, enseñó a
niños de 9 a 11 años de la mencionada Primaria Habanera a elaborar muñecas
negras con rollos de periódico, varillas de madera y cartón.
En la segunda edición del evento
internacional “Trenzando identidades” participaron representantes de Estados
Unidos, Colombia, Etiopía y Cuba, entre otros.
En sentido general lo Afro se
vincula con la pobreza y las calamidades de un continente que aportó y lo sigue
haciendo a la civilización y sigue siendo baluarte de valores culturales,
económicos y sociales.
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