Varias
generaciones de habitantes de Centro Habana reiteraron este 8 de agosto la
necesidad de un mundo de paz y
amor, durante un acto dedicado a recordar las víctimas de los bombardeos de Estados
Unidos contra las ciudades de Hiroshima y Nagasaki, en 1945 en Japón.
El
encuentro tuvo por sede un espacio, quizás único en el mundo, nombrado el
callejón de la paz, en el que cada año
se encuentran los centrohabaneros de todas las edades para decir adiós a las
guerras y clamar
por un mundo de armonía.
En el intercambio fueron entregados los premios a los ganadores
de sendos concursos infantiles de literatura y artes plásticas dedicados a las
efemérides y estuvieron presentes dirigentes del movimiento cubano por
la paz, vecinos del barrio y amigos de Cuba llegados desde España, Estados Unidos y Colombia.
Esos certámenes los promueve en Centro Habana el proyecto de la casa del niño y la niña.
En el acto se presentaron los coros Estrellitas, de niños,
una cantoría de adultos mayores, e integrantes de la tercera edad de la escuela
cubana de wushu, entre otros exponentes de la cultura.
Sin embargo, lo más significativos es que varias generaciones
de cubanos y de otras partes del mundo allí reunidos en el callejón de Centro Habana dijeron
no a la guerra, convencidos de la máxima del héroe nacional José Martí de que
el porvenir es la paz.
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