Mercedes Estrada Rodríguez, enfermera de profesión, se ha
cansado ya de atender pacientes y ahora No puede, o mejor dicho NO quiere,
cuidar a su madre la nonagenaria Isabel Rodríguez Tondique.
Aprovechando las bondades de la salud pública cubana
Rodríguez Tondique será atendida en un centro de rehabilitación para adultos
mayores en el municipio de residencia, donde recibirá asistencia médica,
cuidados especializados y tendrá como compañía a otros ancianitos.
En mi opinión esto es bueno y a la vez NO. Porque la familia
y su entorno no sustituyen el amor hacia y desde los nietos e hijos que rodean
a la Tondique, aquejada de artrosis y hasta un poco de “demencia” senil.
Lo escribo entre comillas porque Isabel recuerda todo su
pasado y hasta es capaz de bailar desde su asiento y sonreír, si se le habla al
oído y canta.
Los hijos NO deben NUNCA agotarse en el devolver lo que
recibieron de sus padres en cuanto a Amor, alimentación y buenas prácticas.
Tondique fue maestra e incluso educó a sus nietos en el amor
al próximo y por eso recibe cuidados tiernos de su hijo Pepín y su Paul,
quienes no escatiman esfuerzos en que la añosa consuma alimentos y asee a hora.
Pero los varones cubanos a veces NO “pueden”, aunque muchos
con amor lo hacen cuidar de una persona con necesidades diferentes solos porque
las mujeres nos han “enseñado” a ser las protectoras, cuidadoras y
“responsables” de los hogares, donde haya o No miembros del sexo “ fuerte”.
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